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Breve reseña de Montilla

Datos geográficos 

 

La ciudad de Montilla está situada el sur de la provincia de Córdoba, en pleno centro geográfico de Andalucía (37º 35’ Latitud N - 4º 40’ Longitud W).

El casco urbano se extiende a lo largo de unos cuatro kilómetros, asentado sobre tres suaves colinas, con una altitud media de 372 metros sobre el nivel del mar. El término municipal ocupa una superficie de 167,4 kilómetros cuadrados y actualmente, cuenta con una población total de 23.905 habitantes, de los que 12.060 son mujeres (50,45%) y 11.845 son hombres (49,55%).

 

Situada en la llamada Campiña Alta, el pasado integró a Montilla en el señorío de Aguilar y marquesado de Priego, de los que, en virtud de su dinamismo económico, rompió la dependencia hasta convertirse en verdadera capitalidad comarcal para otros muchos municipios del entorno, razón por la que no es infrecuente aplicar a esta misma subcomarca la denominación de Campiña de Montilla.

 

El relieve del término, como el de la Campiña en general, procede de la Era Terciaria y, más concretamente, del periodo Mioceno; una etapa en la que la región está ocupada por el mar, dentro del llamado Golfo Bético, y donde se ha de producir la sedimentación de los materiales que, al colmatar dicho brazo de mar, expulsarán el agua hacia el oeste, hacia el actual Golfo de Cádiz. El resultado de este proceso será la depresión del Guadalquivir.

 

La originalidad respecto a otras zonas campiñesas radica en que la mayor proximidad temporal de esta sedimentación respecto al plegamiento alpino (razón por la que se distingue a la comarca como del Mioceno Sintectónico) conformará un relieve más abrupto que el de la Campiña Baja (Mioceno Postectónico, situado más hacia el Guadalquivir) con elevaciones más marcadas y con pendientes de superior entidad; todo ello sin perder la caracterización general del Mioceno marino (en las cercanías de Montilla se encontró el fósil de ballena conocido como la Balaenoptera Rostratella Van Benedem) compuesto por un terreno alomado, cerros suaves y montículos dispuestos anárquicamente.

 

Completa este panorama generalizado de terrenos terciarios la presencia de afloramientos secundarios, tanto del Triásico como del Jurásico, al sur y suroeste del término. En esta última zona, en la conocida como Sierra de Montilla, se localizan precisamente los cerros más elevados: El Macho (682 metros), Buenavista (570), etc.

La mayor variedad del relieve respecto a otras zonas campiñesas tiene su complemento en la naturaleza de los materiales, muy abundantes en caliza y arenisca, lo que, además de significar una mayor resistencia a la erosión, que se materializa en abundantes cerros testigo, tiene consecuencias económicas claras, pues los suelos resultantes (rendsinas, xerorrendsinas y suelos rojos o pardorrojizos mediterráneos) son menos aptos para el cereal y muy favorables al olivar y la vid.

 

En cuanto a los ríos de Montilla, encontramos dos complejos hidrográficos diferentes. Por el norte, los arroyos de Fuente Cuadrado y Alpechín vierten sus aguas al Carchena, que desemboca, finalmente, en el Guadajoz. Por el sur y por el este encontraremos otro conjunto, tributario en este caso del río de Cabra antes de su confluencia con el Genil; en el sur, concretamente, se localizan los arroyos Riofrío, Benavente, Martinduélamo, Campiñuela, Salado y Panchía. Por el este, el más significativo es el arroyo Salado (distinto del anterior del mismo nombre), formado por la confluencia de las aguas de tres afluentes: los arroyos de Valdelasheras, La Zarza y Rodas.

 

La caudalosidad de esta red de drenaje es siempre bastante escasa, dadas las características climáticas de la zona y la gran permeabilidad de los materiales del territorio. Se trata de un clima mediterráneo con cierta tendencia a la continentalidad, dado el alejamiento respecto a las influencias marinas procedentes del Golfo de Cádiz. El resultado son unos inviernos templado-fríos y unos veranos muy calurosos, en tanto que la pluviosidad se sitúa entre 600 y 800 milímetros anuales, aunque esta cifra aceptable de lluvia se suele presentar con una irregularidad interanual muy acusada que puede hacer descender las cifras, en los años secos, hasta menos de 400 milímetros.

 

La mayor humedad estacional corresponde al otoño, cuando precipita prácticamente el 45 % de la lluvia anual.

 

Los datos demográficos de que disponemos le calculan en el siglo XVI en torno a los 9.000 habitantes, que crecen hasta 12.080 a mediados del XVIII y hasta 16.000 hacia 1840. Desde aquí se inicia ya un descenso que conduce hasta 13.000 almas a finales del XIX.En nuestra centuria la recuperación demográfica se plasma en un aumento claro y permanente hasta alcanzar el máximo histórico de 24.002 habitantes en 1950. Tras el éxodo migratorio, la población desciende hasta 22.699 almas en 1990.La evolución urbana de Montilla nos muestra un punto de partida similar al de los pueblos de su entorno, pues la primitiva villa era un pueblo-fortaleza asentado sobre el correspondiente cerro testigo, en el que las construcciones civiles quedaban coronadas por dos edificios principales: el castillo y la iglesia mayor. Este carácter de pueblo-fortaleza, localizado en la actual zona del barrio de La Escuchuela, queda hoy bastante disimulado, tanto por la pérdida física del citado castillo como por la intensa expansión hacia la llanura que Montilla, en función de su gran desarrollo demográfico y económico, ha experimentado.

Situación de Montilla dentro de la provincia de Córdoba

A continuación se aporta un plano, obtenido del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo) donde se representa el municipio de Montilla y alrededores. En las curvas de nivel se pueden apreciar los niveles topográficos más altos.

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